diamante

Son interminables las leyendas narradas en torno al rey de los minerales, la más pura de todas las piedras preciosas que, pese a todo, no es más que un mero carbono cristalizado en diversas formas, y, como carbón que es, arde, aunque, por su extrema pureza, nunca deje cenizas.

Del diamante se dice, por ejemplo, que ya aparece nombrado en la Biblia (bajo la forma chamir), lo cual habla ya de una existencia conocida de, al menos, cinco mil años, iniciada en la misteriosa India, y más concretamente en un valle secreto plagado de diamantes custodiados por miles de serpientes. Sólo un héroe como Alejandro Magno (356-323 a. C.) sería capaz de burlar tan inexpugnable protección mediante una combinación de astucia, valor y muchos espejos, con los que consiguió su diamantino botín. De muy lejos de allí, en Brasil, se tienen noticias de que usaban los diamantes como fichas para diferentes juegos (>> joya), y también se sabe que en Sudáfrica, el otro paraíso de los diamantes, los niños los usaban como piedras en sus juegos callejeros.

La etimología de la palabra empieza a cristalizar en el sánscrito, la lengua sagrada de los brahamanes hindúes, donde se encuentra la voz dyu, con el valor de 'ser brillante', pero es el griego el que nos proporciona la forma adamántos, palabra, a su vez, formada por la a- negativa (o «alfa privativa») y el verbo damáo, 'yo venzo, yo domo', de forma tal que, literalmente, la palabra significaba 'indomable, invencible', en referencia directa a la dureza del diamante. Y, en efecto, en gemología el diamante alcanza el grado 10 de la Escala de Mohs, lo cual equivale al máximo de dureza, de forma tal que no puede ser pulimentado más que por otro diamante. Hay que decir, no obstante, que esta forma tanto se aplicaba a este mineral como, por ejemplo, al acero, con el que comparte esas características, como puede verse en la etimología de la palabra >>imán.

Del griego adamántos pasó al latín directamente como adamante(m) que terminó por convertirse en latín vulgar en diamante(m), y de su acusativo, como casi siempre, llegó hasta nosotros como diamante.

Recurso: Diccionario del origen de las palabras on Buho.Guru

Mira otros diccionarios

  1. diamante — s m 1 Piedra transparente, brillante y por lo general incolora, que constituye la forma cristalizada del carbón puro y es el material más duro de la naturaleza. Diccionario del español usual en México
  2. diamante — m. Piedra preciosa, la de mayor estimación. Es carbono puro, cristalizado, de gran brillo y tan dura que raya a todos los cuerpos y sólo puede labrarse con su propio polvo. Tallado, se denomina brillante. Lámpara minera de petróleo. Instrumento para cortar el cristal. Diccionario del castellano
  3. diamante — (juventud) Prepucio. Es un término poco atestiguado, creado al emplear este vocablo en sentido figurado, tal vez porque se considere esta parte del cuerpo como algo «valioso» y guardado. Prefiero tener el DIAMANTE bien tapado, a que me corten esa piel. Diccionario de argot
  4. diamante — 1. m. Piedra preciosa formada de carbono puro cristalizado, que es el más brillante y duro de todos los minerales y por ello muy apreciado para la fabricación de joyas: collar de diamantes. 2. Uno de los palos de la baraja francesa. Más en pl. Diccionario de la lengua española
  5. diamante — Sinónimos: ■ joya, brillante, gema Diccionario de sinónimos y antónimos
  6. diamante — (en odontología) cualquiera de los dispositivos rotatorios que llevan trocitos de diamante como material abrasivo. Diccionario médico