asno
m. Persona que emplea la fuerza en detrimento de su capacidad intelectual. Este tipo de insultos y metáforas son muy frecuentes y usuales en el argot, donde cada familia de animales representa una cualidad -sea ficticia o real- que sirve para caracterizar al ser humano a través de la comparación: los asnos y burros (e incluso las acémilas) con el empleo de la fuerza y la falta de raciocinio; la mula con la terquedad (recuérdese la expresión, terco como una mula); el cerdo, la caballa y el bacalao con el mal olor y falta de higiene; el avestruz y la gallina con la cobardía; el lince con la sagacidad; el tigre y el león con el coraje; el buitre con el aprovechamiento; el pájaro y las alas con la libertad; la ardilla y la liebre con el dinamismo y la rapidez; la tortuga con la lentitud; el zorro con la perversión y astucia (y la zorra con el libertinaje -medítese sobre la diferencia genérica y el correspondiente cambio de significado-); el perro con la fidelidad (y curiosamente, en el argot del delincuente, con el delator); la hormiga con el ahorro y la previsión; el elefante con la capacidad memorística (como muestra la expresión tener memoria de elefante), etc. Además, en el argot marginal: el mono es el policía; la perra, el delator; el camello, el traficante de estupefacientes; la guardia civil son los lagartos o caimanes, etc. Eres un ASNO, has repetido dos veces el curso y vuelves a suspender todas las asignaturas.
Diccionario de argot