Pito sante, apitonado.
Explica Correas que uno se ofreció para ayudar a misa, pero en su supina inepcia, apenas si hacía otra cosa que repetir y repetir la del refrán. Éste se aplica, pues, para motejar a los que, acreditados de torpeza manifiesta, porfían en alardear de lo contrario.
Diccionario de refranes, dichos y proverbios