calzón
O, más propiamente, calzones, hasta que la moda de principio de siglo impuso la costumbre de usarlos más cortos.
Cuenta Corominas que los romanos, que antiguamente no llevaban >> medias, ni calzas, aprendieron de los germanos el uso de aquéllas, como ocurrió con las >> bragas -quizá por la severidad de las temperaturas en los países nórdicos-. Copiado el objeto, no tomaron, en cambio, prestado su nombre, sino que las llamaron con un derivado del nombre que entre ellos designaba el calzado, calceu(m), 'el zapato', que derivó al latín vulgar *calcea, que sería 'la media', como hoy calze en italiano.
Andando el tiempo y cambiando los gustos, las medias en los siglos medievales se fueron llevando cada vez más altas, hasta convertirse en una prenda de vestir que ya llegaba hasta la cintura, aunque el nombre siguió siendo el mismo.
Sin embargo, sería hacia el siglo XVI cuando la prenda se dividió en dos partes, de modo que la parte de arriba (digamos, la «noble») siguió llamándose calzas o su aumentativo calzones, al mismo tiempo que la otra parte recibía el diminutivo y empezó a llamarse calcetas, medias calzas, o, simplemente medias.
El mantenimiento de la forma latina cal-, en lugar de su evolución esperada en cau- y co- (como calce(m), que derivó en coz) quizá se deba a que en la Edad Media el uso de esas calzas estaba restringido a los nobles (mientras que el villano iba sólo con el sayo, largo hasta la rodilla) lo que explicaría la pronunciación más clasicista o clasista.
Diccionario del origen de las palabras