chaleco
Llevado y traído por modas, más o menos serio, de este o de aquel tejido, la referencia al chaleco lleva entre nosotros tanto tiempo como la primera edición de El Quijote (1605), y parece que, bajo la forma gileco, más etimológica que la actual, es allí donde aparece por primera vez escrito, aunque en forma de diminutivo: «acordamos que el renegado se desnudase las ropas del turco y se vistiese un gilecuelco o casaca de cautivo que uno de nosotros le dio luego, aunque se quedó en camisa» (capítulo XLI).
En efecto, esta palabra procede del turco ielék (compárese con el francés actual gilet, tomado de una antigua forma española jileco), si bien llegó a nosotros a través del árabe yalíka, con el significado de 'casaca del prisionero'. Como ocurre con otras prendas o modas, esta palabra antiguamente podría referirse también a otra prenda, en este caso más larga y con mangas cortas hasta los codos, más parecida a lo que por aquí llamábamos casaca. Sin embargo, y aunque lo cierto es que tuvo que pasar bastante tiempo hasta que, en la segunda mitad del siglo XVIII, se fijaran la forma y hechuras con que ahora lo conocemos, parece que la palabra de entonces no varió y se aplicó a una prenda nueva.
Diccionario del origen de las palabras