desastre
La creencia de la influencia de las estrellas en la vida de tierras, animales y personas, es tan antigua como la existencia de la Humanidad, ahora revitalizada por la eclosión de un ejército de adivinos, astrólogos, augures y pitonisos que nos hacen la carta astral a la primera de cambio. Asimismo, son legión los que todas las mañanas se ciernen sobre el así llamado «horóscopo» de los periódicos, a fin de saber qué les depararán los astros para ese día, esa semana, ese mes o ese año. Y así, cuando una desgracia se cebaba en una familia o en un pueblo, lo inmediato era culpar a los astros, casi con la misma naturalidad con la que ahora se dice que alguien es tozudo porque nació en mayo y, por tanto, es tauro. La voz que nos ocupa se la debemos al antiguo provenzal desastre, compuesta por des-, prefijo negativo, y astre 'estrella', del latín astru(m), 'astro, cuerpo celeste'. Así, el valor de desastre no es otro que el de 'desgracia debida a la influencia dañina de un cuerpo celeste'.
Añadamos, por último, que el significado clásico se ha ampliado con el de 'persona poco cuidadosa, torpe, incapaz', en frases como «Pepe es un desastre en la cocina».
Diccionario del origen de las palabras