enchufe
El ruido que producían los tubos de las calderas de vapor de las viejas locomotoras sonaba, interpretado así por los hablantes, algo parecido a chuf, chuf, por un procedimiento similar al que ocurre cuando decimos que una rueda que se deshincha hace psss, un perro hace guau (aunque en inglés, en cambio, los perros hagan bow-wow), o, sencillamente, un reloj tradicional hace tictac. Estas voces, conocidas como onomatopeyas, son muchas veces, como en el caso que nos ocupa, el origen de palabras que usamos todos los días.
Cuando los españoles de hace un siglo, más o menos, veían y oían cómo se conectaban los tubos entre los vagones del tren, empezaron a asociar esa novedad con el sonido que producía esa acción, que, aproximadamente, podría transcribirse chuf, de modo que muy pronto 'conectar una tubería o una manguera con otra' empezaría a decirse hacer chuf o chufar, como hacer «hip» se dice hipar, por ejemplo. El verbo creado, convertido pronto en enchufar (como en-amorar, em-pedrar o en-suciar, por ejemplo), empezó a usarse con profusión en un tiempo realmente corto si pensamos que ya en 1884 aparece registrado en el Diccionario de la Real Academia (sólo después de consolidado entre los hablantes), cuando sólo en 1848 se había inaugurado la pequeña línea ferroviaria Mataró-Barcelona.
Para su uso en la electricidad, sólo había que esperar a que tan fascinante invento se hiciera más popular, algo que tardaría apenas unos años más en llegar, y que los hablantes relacionaran sin ninguna dificultad aquellas conexiones de los vagones con los cables de los modernísimos aparatos.
Sobre su valor despectivo como sinónimo de 'privilegio, prebenda, corruptela', digamos que se puso muy de moda durante la II República (1931-1936), aunque ya en 1923, don Miguel de Unamuno (1864-1936) escribía lo siguiente en el semanario Nuevo Mundo: «El intelectual, a la busca continuamente de eso que se llama enchufes, es como la alondra: se va tras lo que brilla. Y no hay brillo como el del poderoso.» Parece obvia la asociación entre el poder eléctrico y el político: sólo donde hay un enchufe funcionan las cosas, dicho de una manera general y ciertamente negativa.
Diccionario del origen de las palabras