memo
El término, igual que su sinónimo lelo, nos remite a una onomatopeya que intenta reproducir la expresión balbuceante del tartamudo o del niño que no sabe hablar; de aquí, por un normalísimo proceso de envilecimiento semántico, la palabra se carga de connotaciones negativas y pasa a significar '. No olvidemos que seguramente los sonidos más fáciles de pronunciar y, por tanto, los primeros que se aprenden, son los consonánticos bilabiales: [b], [p], [m] (>> m), que nos sirven para construir palabras como >>bobo, que, también a través de una onomatopeya, se origina en el latín balbu(m), 'tartamudo, balbuciente', baba o memo, y también, curiosamente, papá y mamá.
Diccionario del origen de las palabras