murciélago
Bien mirado, un murciélago no es otra cosa que un ratón ciego con alas, y eso es precisamente lo que significa su nombre: mur ciego, procedente del compuesto latino mur caecu(m), 'ratón ciego', la primera parte originada en la raíz indoeuropea *mus-, 'ratón' (>> miocardio, morcillo, musaraña y músculo), la misma que se detecta en el inglés mouse, 'ratón', sea roedor o informático.
El claro origen popular del término hace que sufra diversas transformaciones a lo largo del tiempo y que dé origen a variantes que aún se siguen usando coloquial o dialectalmente. Hagamos un poco de historia.
Murciego, palabra documentada a mediados del siglo XIII en español, y aún presente en varios lugares de nuestra geografía, aparece posteriormente como murciégalo, con una ampliación habitual en la lengua hablada, y más tarde, alternando con la forma anterior, como murciélago, a causa de un fenómeno llamado metátesis, que consiste en alterar el orden de sonidos o sílabas, y que es también frecuente en la lengua coloquial (*Grabiel por Gabriel o *petril por pretil). Murciégalo se sigue empleando en varias zonas de España y es forma que la Real Academia reconoce y recoge en el Diccionario, aunque remitiendo a la más extendida murciélago.
Diccionario del origen de las palabras