tapa
Pocos bares españoles se conciben sin un amplio surtido de tapas -el pincho suele tener palillo- que acompañen a la bebida. Tanto es así que hemos creado el verbo tapear y el sustantivo tapeo.
Ya los romanos acompañaban el alcohol con frutos secos a los que llamaban nucleus 'núcleo, interior', en referencia al fruto de la nuez, aunque parece ser que el término tapa, como lo entendemos en la actualidad, se acuñó en el siglo XIX en algunas tabernas andaluzas, donde, para entretener el estómago antes de la comida y, al mismo tiempo, incitar a la bebida, se cubrían los vasos o jarras de vino con lonchas de jamón o de embutidos. La Real Academia no recogió esta palabra hasta la edición del Diccionario de 1939.
Diccionario del origen de las palabras