complaciente
Hoy se abusa entre nosotros de este vocablo usándose galicanamente por obsequioso, atento, amigo de dar gusto, condescendiente, lisonjero, benévolo indulgente, etc.
Es común, v. gr.: "Marido complaciente." Yo hayo que es más propio Marido condescendiente.
Felicidad de un marido condescendiente ha sido siempre el título del famoso e inimitable soneto picaresco y maleante de QUEVEDO que empieza:
"Dícenme, Don Jerónimo, que dices que me pones los cuernos con Ginesa: yo digo que me pones casa y mesa, y en la mesa capones y perdices."
Diccionario de galicismos