shock
Trastorno en el que existe un flujo sanguíneo insuficiente a los tejidos periféricos del organismo, con disfunción celular que pone en peligro la vida, hipotensión y oliguria. Habitualmente, este trastorno va asociado a un gasto cardíaco insuficiente, alteración de la resistencia y distribución del flujo sanguíneo periférico y lesión hística. Los factores causales son: hemorragia, vómitos, diarrea, ingesta insuficiente de líquidos o pérdidas renales exageradas, lo que provoca hipovolemia. Los signos y síntomas de las diferentes clases de shock son similares y están relacionados con la hipovolemia. Existe una disminución del flujo sanguíneo, con la consiguiente reducción del aporte de oxígeno, nutrientes, hormonas y electrólitos a los tejidos corporales y una menor eliminación concomitante de los productos de desecho metabólicos. El pulso y la respiración están elevados. Puede haber taquicardia. Al principio, la presión arterial puede descender moderadamente. Con frecuencia, el paciente presenta signos de intranquilidad y ansiedad, efecto relacionado con la disminución del flujo sanguíneo cerebral. Puede haber también debilidad, letargo, palidez y piel húmeda y fría. A medida que el shock progresa, la temperatura corporal desciende, la respiración se hace rápida y superficial y la presión del pulso (la diferencia entre las presiones arteriales sistólica y diastólica) se estrecha. La excreción urinaria desciende. La hemorragia puede ser evidente u oculta, aunque otros factores, como vómitos o diarrea, pueden justificar el déficit de líquidos corporales. Algunos tipos de shock son: shock anafiláctico, shock bacteriémico, shock cardiógenico, shock eléctrico, shock hipovolémico y shock neurógeno.
Diccionario Mosby Medicina, Enfermería y Ciencias de la Salud