badajo

1. m. Pene. Esta acepción procede de la «semejanza» que el hablante observa entre el badajo o 'pieza metálica con forma de pera, que cuelga en la parte interior de las campanas y produce el sonido al chocar en los bordes interiores' y el pene: la forma o, secundariamente, el hecho de golpear en el interior de algo. En cualquier caso, la transformación metafórica produce una adición de notas, de dureza y fuerza, otorgados al pene. El análisis del léxico de las relaciones sexuales, permite afirmar que el sexo masculino presenta una diversificación de la base metafórica, bien a partir de la forma (plátano, banana, rabo, para el pene; o huevos para los testículos, etc.), como de la fuerza o dureza (badajo, cimbel) o incluso del poder bélico (armas); en cambio el sexo femenino manifiesta una diversificación menor: casi todas están basadas en la forma: para el sexo femenino, la clóchina, la almeja, por ejemplo; para los pechos: manzanas o peras; y también en el mal olor (el bacalao). Por otro lado, así como la virilidad y la potencia sexual son vistas de forma positiva (ser un macho, un hombre o tener un par de cojones), las relaciones frecuentes de las mujeres son concebidas de modo negativo, por las connotaciones evidentes de voces como puta, zorra o pendón verbenero; por no mencionar a la mujer que comete el «atrevimiento» de excitar a los hombres (una calientapollas o una calientabraguetas), sin el adjetivo correspondiente para el hombre (un *calientacoños) ¡Menudo BADAJO se le está haciendo a este niño!

2. m. Sujeto parlanchín y hablador. Lelo y necio. No se aprecia una relación clara entre la pieza metálica y un sujeto hablador y lelo, a no ser la falta de raciocinio o el sonido que provoca en las campanas, igual de martilleante que una conversación banal e interminable. Posee dos derivados: badajear 'hablar sin cesar' y badajada 'tontería'. Es un plomazo (pesado), sobre todo cuando se pone a hablar. -Sí, es un BADAJO.