comida

■ Con la primera copa el hombre bebe vino; con la segunda, el vino bebe vino; con la tercera, el vino bebe al hombre. (Anónimo)

■ El que bien bebe, bien duerme, y quien bien duerme piensa bien; quien piensa bien, bien trabaja, y quien trabaja bien, debe beber bien. (Anónimo)

■ Los animales se alimentan, el hombre come; sólo el hombre de talento sabe comer. (Anthelme Brillant-Savarin)

■ Caminante: come, bebe y nada más te importe. (Asurbanipal Sardanápalo)

■ Abreviar la cena: prolongar la vida. (Benjamin Franklin)

■ El placer de los banquetes debe medirse no por la abundancia de los manjares, sino por la reunión de los amigos y por su conversación. (Cicerón)

■ No estás bebido si puedes tumbarte en el suelo sin agarrarte. (Dean Martin)

■ La vida es tan amarga que abre a diario las ganas de comer. (Enrique Jardiel Poncela)

■ El rico come; el pobre se alimenta. (Francisco De Quevedo)

■ El café, néctar de dioses,

ha de ser, para ser bueno,

ardiente como tus ojos,

negro como tus cabellos,

tan puro como tu alma,

tal dulce como tus besos. (Francisco Villaespesa)

■ Las comidas largas crean vidas cortas. (François Rabelais)

■ Una casa de Dios es el estómago vacío del pobre, y quien lo llena, llena también la voluntad de Dios. (Friedrich Rückert)

■ El mejor vino del Rin es aquel al que no le ha entrado una sola gota del Rin ni del Mosela. (Georg Ch. Lichtenberg)

■ No hay amor más sincero que el que sentimos hacia la comida. (George Bernard Shaw)

■ A mi estómago poco le importa la inmortalidad. (Heinrich Heine)

■ Una comida lubrifica los negocios. (James Boswell)

■ Dios ha hecho los alimentos y el diablo, la sal y las salsas. (James Joyce)

■ A uno que tenga hambre, dale primero de comer y después háblale de lo que sea; si empiezas por hablarle, sea de lo que sea, fracasarás, no lo dudes. (Jean Anouilh)

■ Estómago hambriento no tiene oídos. (Jean De La Fontaine)

■ Se están comiendo a los caníbales. (Jorge Luis Borges)

■ Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados y maestros, sería oportuno saber si por ventura no se está muriendo de hambre. (León Tolstoi)

■ La perfecta hora de comer es, para el rico, cuando tiene ganas; y para el pobre, cuando tiene qué. (Luis Vélez De Guevara)

■ Todo lo que se come sin necesidad, se roba al estómago de los pobres. (Mahatma Gandhi)

■ El café debe ser caliente como el infierno, negro como el diablo, puro como un ángel, y dulce como el amor. (Maurice De Talleyrand-Périgord)

■ Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. (Miguel De Cervantes)

■ El vino demasiado ni guarda secreto, ni cumple palabra. (Miguel De Cervantes)

■ Hay que comer para vivir, y no vivir para comer. (Molière)

■ Trabaja como si tuvieras que vivir siempre, y come como si tuvieras que morirte mañana. (Proverbio Árabe)

■ Disminuye tus comidas y hallarás mejor sueño. (Proverbio Árabe)

■ No vivo para comer; como para vivir. (Quintiliano)

■ No hay ningún secreto donde reina el vino. (Salomón)

■ Sin la frugalidad nadie llega a ser rico, y con la frugalidad poquísimos llegarían a ser pobres. (Samuel Johnson)

■ La embriaguez no crea los vicios; no hace más que ponerlos en evidencia. (Séneca)

■ La saciedad engendra la desmesura. (Solón)

■ Cuando el vino entra, el secreto sale. (Talmud)

■ Dios encomienda a la indigestión la tarea de hacer moral en los estómagos. (Victor Hugo)

■ Para comer bien en Inglaterra es recomendable desayunar tres veces. (William S. Maugham)

■ El vino nos da la libertad, y el amor nos la quita; el vino nos hace príncipes, el amor mendigos. (William Wycherley)