derecho

■ Respetar tratados y convenios no es una cuestión de derecho, sino de conveniencia. (Adolf Lasson)

■ Inicua es la ley que a todos igual no es. (Agustín De Rojas)

■ Todos pedimos que se aplique la ley, y todos tratamos de eludir el cumplimiento de alguna. (Alain)

■ Cuando no existen leyes, el que manda no es más que un tirano, y los que obedecen no son otra cosa que esclavos. (Anatole France)

■ El árbol de las leyes ha de podarse continuamente. (Anatole France)

■ El mejor abogado es una buena causa. (Anónimo)

■ El árbitro considera la equidad, el juez la ley. (Aristóteles)

■ Lo justo y lo injusto no son producto de la naturaleza, sino de la ley. (Arquelao)

■ El hombre que solamente es justo según las leyes, puede muy bien carecer de toda virtud social. (Barón De Holbach)

■ Las leyes demasiado benévolas, rara vez son obedecidas. Las leyes demasiado severas, rara vez son ejecutadas. (Benjamin Franklin)

■ Muchos jueces son absolutamente incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia. (Bertolt Brecht)

■ ¿Por qué, oh insensatos, hacer granujadas fuera de la ley? ¡Hay tanto sitio para hacerlas dentro! (Carlo Dossi)

■ El derecho es la más bella invención de los hombres contra la equidad. (Casimir Delavigne)

■ Es más fácil legalizar ciertas cosas que legitimarlas. (Chamfort)

■ El derecho riguroso es una especie de injusticia. (Cicerón)

■ La salud del pueblo está en la supremacía de la ley. (Cicerón)

■ Somos esclavos de las leyes para poder ser libres. (Cicerón)

■ Ojalá que yo viviera en un Estado donde los ciudadanos temieran menos las leyes que la vergüenza. (Cleóbulo)

■ No te avergüences de someterte a las leyes y al que sabe más que tú. (Demócrates)

■ Las leyes son inútiles, porque los buenos no las necesitan y los malos no se hacen mejores con ellas. (Demonax)

■ La ley es la seguridad del pueblo, la seguridad de cada uno de los gobernados y la seguridad de cada uno de los gobernantes. (Edmund Burke)

■ Las leyes, como las casas, se apoyan unas en otras. (Edmund Burke)

■ Cuando hayas de sentenciar, procura olvidar a los litigantes y acordarte sólo de la causa. (Epicteto)

■ Las leyes son normas, pero también son armas. (Eugenio D'Ors)

■ Los hombres resisten a las leyes, pero ceden a los beneficios. (Fedro)

■ El juez debe tener en la mano los libros de la ley y el entendimiento en el corazón. (Francis Bacon)

■ Menos mal hacen cien delincuentes que un mal juez. (Francisco De Quevedo)

■ Los pleitos no durarían tanto si la culpa no estuviese más que en una de las partes. (François De La Rochefoucauld)

■ En lo que parecemos, todos tenemos un juez; en lo que somos, nadie nos juzga. (Friedrich Von Schiller)

■ El derecho viene a perecer menos veces por la violencia que por la corrupción. (Henri Lacordaire)

■ Si es un deber respetar los derechos de los demás, es también un deber mantener los propios. (Herbert Spencer)

■ Las leyes son como las telas de araña, a través de las cuales pasan libremente las moscas grandes y quedan enredadas las pequeñas. (Honoré De Balzac)

■ Cuando las leyes son injustas, no obligan en el fuero de la conciencia. (Jaime Balmes)

■ Las leyes son siempre útiles para las personas que tienen bienes, y dañinas para los desposeídos. (Jean-Jacques Rousseau)

■ Cualquier ley es una infracción de la libertad. (Jeremy Bentham)

■ El fin de la ley es obtener la mayor ventaja posible para el mayor número posible. (Jeremy Bentham)

■ Como telas de araña son las leyes, que prenden a la mosca y no al milano. (Joaquín Setanti)

■ La ley es poderosa, pero más poderosa es la necesidad. (Johann W. Goethe)

■ No hay ley escrita, por pura y clara que sea, que el ingenio y la malicia no oscurezcan. (John Dryden)

■ Es la ley como la lluvia,

nunca puede ser pareja.

El que la aguanta se queja,

pero el asunto es sencillo:

la ley es como el cuchillo,

no ofende a quien lo maneja. (José Hernández)

■ Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan. (José Martí)

■ Hay un derecho del más sabio, pero no un derecho del más fuerte. (Joseph Joubert)

■ No hay ley alguna tan recta que no trate el hombre de torcerla para satisfacer sus apetitos. (Juan Luis Vives)

■ Cuantas más leyes, más ladrones. (Lao-Tsê)

■ La ley es como la veleta de un viejo campanario, que varía según sopla el viento. (León Tolstoi)

■ Temed, desventurados litigantes, más a los pleitos que a los abogados. (Lorenzo Pignotti)

■ En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle. (Mahatma Gandhi)

■ Es preciso que la ley sea severa y los hombres indulgentes. (Marqués De Vauvenargues)

■ Quien es más severo que las leyes es un tirano. (Marqués De Vauvenargues)

■ Donde falta la fuerza, desaparece el derecho; donde aparece la fuerza, el derecho empieza a resplandecer. (Maurice Barrès)

■ Las leyes hechas como si todos los hombres fuesen buenos favorecen el triunfo de los malos y la destrucción de los buenos. (Maurice Maeterlinck)

■ Del mismo papel en que un juez ha escrito una sentencia contra un adúltero rasgará un pedazo para escribir unas líneas amorosas a la esposa de un colega. (Michel E. De Montaigne)

■ Las leyes mantienen su crédito, no porque sean justas, sino porque son leyes. (Michel E. De Montaigne)

■ Donde hay fuerza de hecho, se pierde cualquier derecho. (Miguel De Cervantes)

■ La ley debe ser como la muerte, que no exceptúa a nadie. (Montesquieu)

■ Las leyes inútiles debilitan las necesarias. (Montesquieu)

■ Una cosa no es justa no porque sea ley, pero debe ser ley porque es justa. (Montesquieu)

■ Hay tantas leyes que nadie está seguro de no ser colgado. (Napoleón)

■ La ley no debe tornar al pasado, sino prever el futuro. (Niccolo Maquiavelo)

■ Los abogados están siempre más dispuestos a poner a un hombre en un aprieto que a sacarlo de él. (Oliver Goldsmith)

■ Las leyes están para que el poderoso no pueda todo. (Ovidio)

■ Es mucho más fácil cometer un parricidio que defenderlo. (Papiniano)

■ Juez que ha sido delincuente, ¡qué fácilmente perdona! (Pedro Calderón De La Barca)

■ El derecho es para cada uno la facultad de exigir de los otros el respeto a la dignidad humana en su persona. (Pierre Joseph Proudhon)

■ Para ir a un litigio hace falta llevar tres sacos: un saco de papeles, un saco de dinero y un saco de paciencia. (Pierre Marie Quitard)

■ El legislador debe ser el eco de la razón y el magistrado, el eco de la ley. (Pitágoras)

■ El tiempo de las armas no es el de las leyes. (Plutarco)

■ No hay ley sin agujero para quien sabe encontrarlo. (Proverbio Alemán)

■ Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca. (Proverbio Chino)

■ La absolución del culpable es la condena del juez. (Publio Siro)

■ Que el hombre guarde la ley, cualquier ley, y el camino de su vida se hallará sembrado de felicidad. (Ralph W. Emerson)

■ Cuando pienso que un hombre juzga a otro, siento un gran estremecimiento. (Robert De Lamennais)

■ No hay ley, por rigurosa que sea, que pueda hacer activo al perezoso; al disipador, previsor y al ebrio, sobrio. (Samuel Smiles)

■ El honor prohíbe acciones que la ley tolera. (Séneca)

■ El juez honesto condena las cosas reprobables, pero no odia. (Séneca)

■ La ley debe mandar, no polemizar. (Séneca)

■ Las leyes son semejantes a las telas de araña: contienen lo débil y lo ligero, y son deshechas y traspasadas por lo fuerte y lo poderoso. (Solón)

■ Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla. (Stanislaw J. Lec)

■ Muchas son las leyes en un estado corrompido. (Tácito)

■ Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados. (Talmud)

■ En un pueblo libre, es más poderoso el imperio de la ley que el de los hombres. (Tito Livio)

■ Ninguna ley puede contentar a todos. (Tito Livio)

■ Donde la ley acaba, comienza la tiranía. (William Pitt)

■ Juzgar a otro es juzgarse a uno mismo. (William Shakespeare)