¡para el carro

Con esta expresión tratamos de hacer callar o de tranquilizar a alguien que está mintiendo o que está hablando de forma alocada o nerviosa. Bueno, basta ya. ¡Para el carro! Deja ya de insultarlos y cuéntame con calma qué te han hecho. La frase parece sacada del lenguaje de los arrieros. Sería algo así como el tradicional ¡so!, destinado a que se detengan las caballerías. De todas formas, el carro muchas veces sirve en la lengua coloquial como unidad de medida: me dijo un carro de mentiras; tiene dinero como para parar un carro.

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