Achaques al jueves, para no ayunar el viernes.

Dícese de los que por norma aducen algún vano pretexto para sustraerse a toda obligación puntual. Así Erasmo, por igual cáustico y ecléctico casi siempre, como una vez le reprochase alguien su inobservancia de los preceptos restrictivos de la cuaresma, contestó: «En verdad, mi alma es católica, pero mi estómago es luterano.».

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