En Baeza, tanto valen los pies como la cabeza.

De obvia intención burlesca, este refrán ridiculiza la costumbre de colocarse por encima de los propios méritos. Es colofón de un cuento en el que un hidalgo de Baeza decidió un día hacerse unos zapatos con el terciopelo de una gorra, y ante la extrañeza de sus vecinos, respondía arrogantemente con este refrán.

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru