En arca de avariento, el diablo yace dentro.

Porque en ella, junto a la sordidez, se esconde la inmisericordia. «Un señor de título -refiere, al caso, el proverbista- era muy guardoso y avariento, y avía fama de que tenía mucho dinero escondido, y llegando entre otros señores a besar la mano del rey, dixo un truhán que estava allí cerca: “Señor, éste es conde”.».

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru