Harto sabe quien pregunta, y harto a lo que sabe apunta.

Se refiere a las preguntas cargadas de malicia e ironía que no brotan del deseo de saber, sino de ridiculizar al interlocutor necio. Así lo hizo Victor Hugo una vez: tras oír afirmar a un pedante en la Academia que el ocaso de la lengua francesa había empezado exactamente el año 1789, se levantó para preguntar: «¿Podría nuestro ilustre colega precisar a qué hora?».

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru