Mujer y la sardina, pequeñina, (La)

Así lo estimaba también, sin duda, el Gran Capitán, quien como viese un día en una fiesta a cierta damisela bellísima pero muy alta, preguntó cómo se llamaba, y cuando le dijeron que Esperanza, dijo con buen humor: «Pues para Esperanza, la verdad, me parece demasiado larga.».

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