Ni da virtud la riqueza, ni la quita la pobreza.

Sin duda, por eso Temístocles, el vencedor de Salamina, en trance de elegir esposo para su hija entre dos pretendientes -uno rico y pobre el otro-, se decidió por el segundo, arguyendo así: «Prefiero hombre que necesite riquezas a riquezas que necesiten hombre.».

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru