No hay tal calva como la que está sin pedrada.

Aconseja no mostrar los puntos débiles que se tengan, en evitación de que sean atacados. Como le sucedió al poeta Esquilo, que mostraba sin temor su incólume y tentadora calva, y un águila, creyéndola peñasco, dejó caer sobre ella la tortuga que le mató.

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru