Un lobo a otro no se muerden; un hombre a otro, mil veces.

Distingue que mientras, por instinto, los animales de la misma especie rara vez se hieren entre sí, el hombre, por el contrario, no duda en dañar a sus semejantes con tal de servir a su provecho o a su rencor.

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru