Virtudes vencen señales.

Alaba las virtudes interiores de una persona a despecho de su aspecto externo, por muy horrible que éste sea. Cuentan que Sócrates era tan feo que una vez cierto fisonomista no dudó en reputarle de falsario y vicioso. Cuando lo supo, comentó Sócrates: «Y en verdad todo eso sería de no haberme dado al estudio de la filosofía.».

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru