ahí le aprieta el zapato

A veces se utiliza sólo la primera parte de la expresión: ahí le duele. Se emplea cuando se descubre el punto por el que alguien es más débil, por el que demuestra menos seguridad, o cuando se da con aquello que más le molesta. Un cuento popular castellano nos narra la historia de un humilde zapatero que va a contarle al cura que no puede soportar más a su mujer y que desea separarse de ella. El cura, para tratar de desengañarlo, comienza a alabar a la mujer: buena cristiana, excelente cocinera, de belleza insuperable... El zapatero muestra al cura sus zapatos y le pide una opinión sobre ellos. El cura dice que son preciosos, hechos con la mejor piel, de cuidada confección. «Muy bien, padre -dice el zapatero-; y ahora, ¿puede usted decirme dónde me aprietan?» Evidentemente, el pobre zapatero no había encontrado en su mujer la horma de su zapato...

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