caérsele a alguien los palos del sombrajo

Lo mismo que caerse el alma a los pies, empleamos esta expresión, quizá más propia del sur peninsular, para indicar sorpresa mezclada con disgusto y con sensación de impotencia ante algo: Esa chica me gustaba muchísimo y cuando me enteré de que tenía novio se me cayeron los palos del sombrajo. El sombrajo es la sombra hecha con un toldo de ramas, cañas o tela, sustentado por tres o cuatro palos. Si se caen los palos, el invento se viene abajo. Trasladen la imagen a lo dicho anteriormente y no hay que dar más vueltas.

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru