costar un riñón

También se aplican estas expresiones a algo de precio elevado o exagerado. A pesar de que dice que no tiene ni un duro, se ha comprado un cochazo que le tiene que haber costado un riñón (o un ojo de la cara). A veces la expresión me cuesta un güevo se usa para indicar el sufrimiento padecido para conseguir algo: Me ha costado un güevo estudiar matemáticas, pero, finalmente, he conseguido aprobar. Curiosamente, se eligen partes de la anatomía humana que existen a pares -güevos, así escrito porque así se pronuncia coloquialmente, nada tiene que ver con los de la gallina, más bien con los del gallo, como ustedes comprenderán-, para dar a entender que uno entrega una parte, si no vital, sí importantísima de su cuerpo a cambio del objeto de-seado.

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru