echar alguien su cuarto a espadas

Intervenir en una conversación o dar una opinión en algún asunto. Allí estaban todos los vecinos discutiendo sobre la necesidad de pintar la escalera, y yo eché mi cuarto a espadas y dije que había cosas más importantes que hacer. La frase podría tener dos orígenes: los naipes o la esgrima. En la primera posibilidad, sería algo así como apostar dinero (un cuarto) al palo de las espadas. La segunda, y con más visos de ser cierta, se refiere a los maestros de esgrima que andaban por los pueblos dando lecciones o retando a quienes quisieran entablar combate con ellos. El maestro, antes del espectáculo, ponía una bandeja en la que la gente que deseaba intervenir en él echaba su cuarto o moneda correspondiente.

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru