el Ave Fénix

Se llama así a quien se recupera, ya sea física o psíquicamente, o a quien recobra su fama o notoriedad, tras un periodo muy negativo. Nuestro equipo es como el Ave Fénix: cuando el rival nos tiene prácticamente vencidos, nos recuperamos y acabamos ganando. El origen del dicho está en la historia del Ave Fénix, seguramente un ibis, animal sagrado en el antiguo Egipto. Cuentan las leyendas que tal ave vivía quinientos sesenta años y que era una representación del Sol. Cuando su padre moría, el ave formaba un huevo de mirra y dentro de él trasladaba el cadáver de su progenitor al templo del Sol, para darle la vida eterna. En esta leyenda se basaron los primeros teólogos cristianos para explicar la Resurrección, atribuyendo al Ave Fénix la capacidad de renacer de sus propias cenizas.

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