fíate de la Virgen y no corras

Su significado es el contrario del que podría entenderse, pues con esta expresión se le intenta decir a alguien que no se fíe de nada ni de nadie. Sí, sí, tenemos mejores jugadores que ellos y vamos a ganarlos. Eso dicen todos, y el año pasado nos metieron tres... Tú fíate de la Virgen y no corras. Se cuenta que allá por los albores del siglo XIX un imprudente torero, invocando la protección de la Virgen, se dedicaba a hacer delante del toro todo tipo de temeridades, hasta que sufrió una fuerte cogida. Mientras trataba de huir de la cara del bicho, un espectador, con la fina ironía que da la crueldad, le espetó: «anda, fíate ahora de la Virgen y no corras». Otra interpretación sitúa el origen de la expresión en la primera guerra carlista, cuando en 1835 el pretendiente al trono, Carlos María Isidro, nombró a la Virgen de los Dolores generalísima de sus ejércitos. Días después, los carlistas, derrotados en Mendigorría, huyeron del campo de batalla. Los isabelinos crearon y difundieron entonces el dicho que nos ocupa.

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru