hacer el primo

Comportarse de manera demasiado crédula. Hacer un mal negocio. Dejarse engañar. Me he comprado un coche de segunda mano y he hecho el primo, porque me he gastado ya más dinero en arreglarlo que si me hubiera comprado uno nuevo. El uso de la palabra primo para denominar a alguien poco avispado y de escasas luces tiene un origen de lo más curioso. Se gesta durante el comienzo de la guerra de la Independencia, en 1808, en una carta que envía el general francés Joachim Murat (1767-1815) al infante don Antonio, hijo del rey Carlos IV, a raíz de los sangrientos sucesos del 2 de mayo, en la que amenaza con pasar por las armas a todo el que se oponga a los franceses. Era habitual que el rey y la familia real se dirigiesen en sus cartas a los nobles y grandes de España llamándolos primo, costumbre que, con un fortísimo sentido de ironía, quiso adoptar el general de Napoleón para referirse al atontado e incapaz infante, que, mientras su padre y el heredero, Fernando VII, estaban secuestrados en Bayona, se dejaba engañar y manipular con suma facilidad por los manejos de Murat.

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru