la suerte está echada

Con esta frase se da a entender que ya no hay posibilidad de volverse atrás o de cambiar una decisión tomada. He decidido irme a trabajar al extranjero. Ahora ya la suerte está echada y no pienso cambiar de idea. Es una traducción de alea jacta est, la frase que, según la leyenda, pronunció Julio César (100-44 a.C.) tras haber pasado el Rubicón cuando se dirigía a luchar contra Pompeyo (106-48 a.C.). (Ver Pasar el Rubicón.)

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