llamarse andana

Escapar de una obligación. Siempre que te hueles que vamos a tener mucho trabajo, te llamas andana y no apareces hasta casi la hora de salir. A veces también significa desdecirse, retractarse: El atracador declaró ayer que entró solo en el banco, pero hoy se ha llamado andana y ha dicho que hubo tres cómplices. El significado original era «librarse de un castigo» y aludía al derecho de asilo que existía en las iglesias, donde, por ser lugar sagrado, no se podía entrar armado y estaba prohibido detener a los delincuentes, por lo que muchos de ellos se refugiaban en los templos para esquivar la acción de la justicia. Se sabe, por los numerosos ejemplos que hay en la literatura de la época, que en el siglo XVII antana, palabra de la que procede andana, significaba «iglesia» en germanía, la lengua de los delincuentes. Si algún malhechor era sacado de la iglesia por la fuerza y llevado ante el juez, reclamaba su derecho de asilo y a las preguntas que se le hacían respondía siempre citando a la iglesia, o sea, a la antana. Así, cuando se le preguntaba el nombre, respondía me llamo antana, y cuando se le pedía que narrara lo acaecido, aunque hubiera existido confesión previa, se retractaba de lo dicho citando de nuevo a la iglesia. Para ilustrar la explicación, baste citar uno de los muchos ejemplos que aparecen en la obra de Quevedo, conocedor como nadie de la germanía de su tiempo. La cita pertenece a la jácara Villagrán refiere sucesos suyos y de Cardoncha: «Tienen la tirria conmigo / los confesores de historias; / mas sólo Iglesia me llamo / pueden hacer que responda».

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru