ponérsele a alguien una cosa en las narices

Empeñarse alguien con terquedad en hacer algo. Se le ha puesto en las narices que tiene que adelgazar veinte kilos y seguro que no para hasta conseguirlo. Como en muchas ocasiones en que se trata de demostrar fuerza más o menos bruta, a pesar de que el referente sea femenino, aparece la testosterona, las alusiones a la virilidad. Ciertamente la ex-presión original es la que se refiere al testimonio de la virilidad; los mismísimos y las narices no son otra cosa que eufemismos, y, especialmente en el segundo caso, sucedáneos habituales de lo innombrable: tener narices, estar hasta las narices, por narices, tocar las narices...

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru