ponerle a alguien los pelos de punta

Asustar a alguien o asustarse por algo. He visto un accidente en la carretera y se me han puesto los pelos de punta. A pesar de su tono hiperbólico, la expresión tiene una explicación fisiológica, ya que, ante el miedo o la sorpresa, el cuero cabelludo sufre unas contracciones que provocan que los pelos sufran un leve erizamiento. En algunos animales, como el gato, este hecho constituye un sistema de defensa. Las escarpias son esos clavos en ángulo recto que se em-plean para colgar cuadros en la pared.

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