salvarse por los pelos

No sufrir un daño o un perjuicio por casualidad o por un escaso margen de tiempo o de espacio. Cuando vi que el otro coche se me venía encima, pegué un volantazo y me salvé por los pelos de que me diera. Curiosamente la expresión tiene una explicación absolutamente literal, pues se refiere a los marineros que, tras un naufragio o una caída al mar, eran salvados por sus compañeros agarrándolos por los pelos. Por eso era normal que los marineros se dejaran el pelo largo. Incluso en 1809, cuando se ordenó a los marineros que, por higiene, se cortaran habitualmente el pelo, como los soldados del resto de los ejércitos, se produjo un gran revuelo y salieron numerosas quejas de la marinería, argumentando que, por lo dicho antes, el pelo largo había salvado a muchos marineros de morir ahogados. El decreto, finalmente, se declaró de cumplimiento voluntario.

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru