ante

Esta terminación, y la ENTE forman nuestros participios presentes o activos, los cuales pueden dividirse:

1.º En tales participios activos, como abundante, participante, perteneciente. Estos conservan el régimen de sus respectivos verbos abundar, participar, pertenecer, y expresan: 1.º una acción o estado determinado por el valor de dichos verbos radicales; 2.º una relación de tiempo, esto es, un tiempo actual relativamente a la acción o estado de que se trata. En suma: los participios activos incluyen siempre la idea de acción presente; y de aquí ha provenido su segundo nombre de participios presentes.

2.º En nombres sustantivos, como amante, habitante, oyente, calmante, que también llevan embebida la idea de acción o estado presente.

3.º En adjetivos como ardiente, doliente, errante. Estos designan, como los otros adjetivos, una cualidad durable, inherente al sujeto: en fin, una propiedad de que resulta cierto efecto; y aun por esto se aproximan tanto a los adjetivos ordinarios que son susceptibles de comparativo y superlativo, v. gr.: ardiente, más ardiente, ardentísimo. Por manera que el participio activo expresa una acción, estado o propiedad actual, efectiva; al paso que el adjetivo indica una propiedad o atributo virtual o potencial, una disposición más o menos lejana. Ahora bien: todos los participios activos son adjetivos de una sola terminación, y si alguno toma la femenina ANTA pasa entonces a ser sustantivo, ni más ni menos que los nombres que designan las hembras de ciertos animales: comedianta, presidenta, del mismo género que elefanta.

Nuestros antiguos eran más afectos que nosotros a los participios activos; y así usaron muchos que están malamente olvidados hoy, v. gr.: Afligente, cantante, cayente, colante, consumiente, desplaciente, entristeciente, hablante, hallante, matante, mirante, pendiente, principiante, quebrante, riente (éste es hoy de uso poético), usante, validante, veyente, etc.

Ahora suplimos la falta de estos vocablos con otros de distintas formas, muy menos propios y expresivos que ellos, como lo hacemos notar en el artículo PARTICIPIO. Aquí sólo compararemos algunas terminaciones para deducir el valor de las voces compuestas con ellas.

Decimos, v. gr.: EDIFICATIVO por EDIFICANTE, como si estos dos vocablos fuesen sinónimos; y nada es menos cierto.

La terminación ANTE indica en los participios activos la acción que se ejecuta actual y efectivamente: y en los adjetivos una cualidad inherente al sujeto, y que se conoce porque ya se ha manifestado.

La terminación IVO, VA, indica en los paradjetivos una cualidad inherente al sujeto, como natural en él; pero con la diferencia de que sólo se conoce por deducción, y no porque se haga uso de semejante cualidad. En el caso de ANTE la propiedad es conocida porque se ha manifestado el efecto de ella: en el caso de IVO es solamente conocida por su causa. Los adjetivos en ANTE denotan un efecto real; los adjetivos en IVO un efecto posible.

Así que Edificante es lo que edifica actual y efectivamente; y Edificativo lo que tiene propiedad de adificar, edifique o no realmente.

La terminación en OR, ORA, denota:

1.º La costumbre de una acción, en general: corredor, bebedor.

2.º La costumbre considerada como oficio, ejercicio, ocupación: grabador, agricultor.

3.º La aplicación metafórica de estos nombres a la designación de ciertas cosas: numerador, motor.

Y esto nos da a conocer la diferencia que va de consolante a consolador.

La terminación ORIA IA, forma adjetivos que se aplican igualmente a las personas o a las cosas consideradas como agentes de acción o de estado; por lo cual consolante, consolador y consolatorio son tres vocablos diferentes; como lo son observante, observador y observatorio.

A este tenor podríamos hacer el cotejo de otras varias terminaciones; pero semejante trabajo no es de este lugar. Baste decir, como regla general, que el uso de los vocablos terminados en ANTE (ya participios, ya adjetivos o sustantivos) es permitido y conforme a la índole de nuestra lengua cada y cuando se empleen, conforme a su genuina significación, para expresar ideas diferentes de las que llevan consigo las demás terminaciones usuales.

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"Entre los diversos periódicos... que no han podido guardar silencio ante las palabras de conciliación y templanza pronunciadas por... figura El Diario Español."

Decimos en castellano Ante el juez, Ante las Cortes, Ante el mundo (entendiendo sus habitadores); pero no "Ante las palabras", "Ante las ideas", "Ante los pensamientos"; porque ANTE significa delante o en presencia de alguna persona, no de alguna cosa.

Dese, pues, otro giro a la frase, v. gr.: Entre los diversos periódicos que no han podido menos de contestar; o que no han podido dejar de contestar; o que no han podido eximirse de la necesidad de contestar a las palabras, etc. Y aún en este último giro se puede suprimir necesidad.

Recurso: Diccionario de galicismos on Buho.Guru

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  1. ante — Guatemala México Cierto dulce de harina de garbanzos, frijoles, etc. México Postre de bizcocho, huevo, coco, almendra, etc. Perú Bebida de frutas, vino, azúcar y especias. Diccionario de regionalismos
  2. ante — 1 prep 1 Delante de, en presencia de, frente a: "Presentó su demanda ante las autoridades correspondientes", "Se emocionaron ante la grandiosidad de Teotihuacán", "Estamos ante una grave injusticia" 2 Ante todo En prioridad, en primer lugar... Diccionario del español usual en México
  3. ante — I. m. Anta. Búfalo. Piel de ante, o de otros animales, semejante a ella, adobada y curtida. II. prep. En presencia de, delante de. Prefijo (anteayer). Perú, bebida muy alimenticia; México, postre. Diccionario del castellano
  4. ante — Sinónimos: ■ antílope, ciervo, gamuza Diccionario de sinónimos y antónimos