voluptuosidad

Un eminente filólogo portugués (Bluteau) manifestó hace poco tiempo el deseo de que se admitiese en la lengua portuguesa vocablo voluptad para significar lo que el latino voluptas.

El mismo deseo formo yo en favor de nuestro lenguaje poético, sin proscribir por eso el uso de VOLUPTUOSIDAD en el lenguaje común. Una vez admitido, VOLUPTAD sería deleite físico o moral; VOLUPTUOSO, hombre dado a los deleites; y VOLUPTUOSIDAD complacencia en los deleites sensuales. V. gr.:

"Las almas fuertes y vigorosas huyen de la voluptad como el buen piloto de los escollos."

"La voluptuosidad es el sentimiento del placer unido al buen gusto en el arte de sentir." Voluptad no tiene más defecto que su semejanza de sonido con voluntad.

Voz (pasiva de los verbos)

Carecemos en español de verdadera voz pasiva, pues tenemos que apelar a un circunloquio o rodeo para suplir la pasiva de las lenguas sabias, que está reducida a una sola dicción.

También es sabido que se forma la voz pasiva en nuestro idioma con el auxiliar ser y el participio pasivo; con los verbos estar, hallarse, etc., y el mismo participio; con la reduplicación se en el infinito, el gerundio y las terceras personas del indicativo y subjuntivo. Los ejemplos son obvios.

Una de las cosas que más distinguen la lengua francesa de la nuestra actual es el uso de la voz pasiva, comunismo y forzoso en la primera, menos frecuente y por lo común potestativo en la seguida.

Y he dicho de nuestra lengua actual, porque en lo antiguo fué otra cosa; fué, si se quiere, todo lo contrario: lo cual en manera alguna debe sorprendernos, pues cuanto más cercanos a su común origen más hubieron de parecerse los idiomas francés y español, antes que cada uno de ellos recibiese, con el transcurso del tiempo y la acción propia del espíritu y costumbres nacionales, el carácter peculiar que los distingue.

Así nuestros buenos escritores, no solo prodigaban las locuciones pasivas, sino que apenas conocían el uso de la reduplicación se en las oraciones en que no aparece persona alguna agente y la paciente se expresa solo por medio del pronombre él en el caso oblícuo. Decían, v. gr.:

Fue nombrado corregidor de Valladolid; Fue enviado de oídor a Méjico.

en vez de

Se le nombró corregidor de Valladolid; Se le envío de oídor a Méjico.

Algunos emplearon este modo de hablar.

"Como quien se engendró en la cárcel." CERVANTES.

"Por ante los pescados se toman so las ondas." ARC. DE HITAS pero era raro.

Debemos evitar con mucho cuidado este tipo que es ya hoy vicio afrancesado de la lengua, distinguiendo los casos en que la pasiva es necesaria, de aquellos en que sólo es eco de locuciones galicanas; pues lo menos que de la confusión se origina es entorpecimiento en la frase y languidez en el discurso.

No digamos, pues:

"Cuando esta mercancía sea vendida" sino se venda, vendamos, vendáis, según los casos;

"Sus laureles fueron marchitados por sus flaquezas" sino Sus flaquezas marchitaron sus laureles.

Y diremos muy bien:

El camino del arrepentimiento está siempre abierto para los corazones sensibles; bien que podamos decir igualmente, y acaso con mayor elegancia:

Los que tienen mucho están obligados a dar mucho.

Nunca se cierra el camino del arrepentimiento a los corazones sensibles;

Los que tienen mucho se hallan en la obligación de dar mucho.

Del mismo modo que el latín nuestro idioma puede siempre hacer pasar un verbo transitivo de la voz activa a la pasiva sin alterar la significación del pensamiento; sólo que entonces el complemento directo del verbo activo se convierte en sujeto del verbo pasivo, v. gr.:

"Omnes laudant virtutem": Todo el mundo alaba la virtud.

"Virtus ab omnibus laudatur": La virtud es de todos o por todos alabada.

Pero es necesario tener en cuenta que el latín gusta de enunciar las proposiciones con forma pasiva en muchos casos en que nuestra lengua, más rápida y desembarazada, prefiere la forma activa.

Donde los franceses, a imitación de los latinos, usan la forma pasiva, empleamos nosotros un modo adverbial que la disimula, v. gr.:

"Respiravi, liberatus sum": F. Je respire, je suis sauvé, no decimos nosotros Respiro, estoy salvado, sino Respiro, estoy en salvo; puesto que también es propio.

Respiro: me he salvado.

Concluiremos con un ejemplo que pondrá de manifiesto la languidez que comunica al discurso el uso indiscreto de la pasiva, y la rapidez y elegancia que le da, por el contrario, la forma activa.

"Bien que los antiguos hayan sentido la utilidad de las observaciones sinonímicas; y bien que se hayan conservado algunas obras sobre sinónimos y homónimos griegos y latinos, todavía esas observaciones aisladas, o esos tratados, tan incompletos como inexactos, están lejos de constituir un cuerpo de doctrina; porque están determinadas por los matices distintivos de las voces, y no por la diferencia de su valor material y de sus formas constitutivas. En nuestro país mismo y en los tiempos modernos es donde ha tenido nacimiento la ciencia de la sinonimia; y de nosotros la han aprendido los extranjeros."

Veamos ahora el castellano.

Bien que los antiguos conociesen (o Aunque los antiguos conociesen) la utilidad de las indagaciones relativas a sinónimos y homónimos, y que de estos, tanto griegos como latinos, nos dejasen (o nos dejaron) algunas obras; todavía, por ser ellas tan solo observaciones aisladas o tratados incompletos, no forman, ni con mucho, cuerpo de doctrina: cuanto más que semejantes indagaciones únicamente consideran las diferencias distintas de las voces, y no las que provienen de su valor material y de sus formas constitutivas. A nuestra nación se debe en los tiempos modernos la formación de la ciencia de la sinonimia; y de nosotros la han aprendido los extranjeros.

V. verbos.

Acerca de la voz pasiva en contraposición a la activa de los verbos, conviene tener presente una observación general; y es que el empleo de una u otra depende por lo común del sujeto principal de la oración, esto es, de aquel que llame más nuestra atención, o sobre el cual queremos que fijen la suya los demás. Cuando decimos, v. gr.:

Escipión venció a los cartagineses; lo que en el instante en que hablamos o escribimos es para nosotros, y deseamos que sea para todos, principal y conspicuo, es el héroe romano. Y por el contrario, la frase

Los cartagineses fueron vencidos por Escipión, demuestra que al escribirla o pronunciarla ocupaba nuestra mente, con exclusión de toda otra idea, la del grande, famoso e irreparable infortunio de los compatriotas de Aníbal.

Tal es la ley universal de las sensaciones físicas o morales en sus relaciones con el lenguaje: lo que más vivamente nos hiere es lo primero y más enérgicamente expresamos: la imprecisión y el movimiento del ánimo pasan a las voces; y la elocución espontánea manifiesta a la vez el orden de los afectos, y la extensión y profundidad del efecto que han causado.

Recurso: Diccionario de galicismos on Buho.Guru

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  1. voluptuosidad — f. Incitación o satisfacción de los placeres de los sentidos, especialmente el sexual: se mueve con voluptuosidad. Diccionario de la lengua española
  2. voluptuosidad — Sinónimos: ■ sensualidad, pasión, erotismo, epicureísmo, goce, gozo, placer, deleite, concupiscencia, lujuria Antónimos: ■ castidad, templanza Diccionario de sinónimos y antónimos