CONSEJO NACIONAL DE CULTURA

Fue creado por la ley 926 del Consejo de Ministros, firmada el 4 de enero de 1961, como organismo adscrito al Ministerio de Educación. Mediante la ley 1117, fechada en julio de 1963 dejó de ser un apéndice de dicho Ministerio para convertirse en un organismo central, bajo la superior dirección del Consejo de Ministros. Sus fines y funciones, por tanto, le vienen dados por la referida ley 1117. Corresponde esencialmente al Consejo planificar, orientar y dirigir todas las actividades que en el orden cultural realicen los organismos e instituciones oficiales, tanto nacionales como provinciales y municipales, a fin de que respondan a la política cultural del Estado; la dirección y organización de las actividades musicales de carácter cultural; la dirección y organización del sistema de bibliotecas públicas del país, las actividades relacionadas con las artes plásticas, exposiciones, adquisición y conservación de obras de arte por parte del Estado y la orientación e intensificación de la creación artística, la dirección y organización de espectáculos artísticos; la enseñanza de las artes y aquellas otras disciplinas destinadas a formar el personal técnico indispensable del organismo y sus distintos departamentos; rescatar las tradiciones que constituyen el patrimonio nacional, evitando que se mixtifiquen o desfiguren, ayudando a su conservación, estudio y difusión; la custodia, conservación y restauración de las edificaciones y lugares declarados o que se declaren en el futuro, Monumentos Nacionales; dirigir la orientación y organización de las actividades literarias, fundamentalmente mediante los talleres literarios, verdaderos «centros de estudio, laboratorios literarios donde los escritores noveles se sienten estimulados en su creación y auxiliados en su formación». Funcionan en distintos niveles (regional, municipal); con ellos «el CNC busca [...] agrupar [...] a los que dan sus primeros pasos en la literatura, para evitar que se pierdan, se desorienten o se desencanten por falta de un estímulo adecuado». Reunidos periódicamente analizan sus trabajos -poemas, cuentos, etcétera-; regularmente son visitados por «escritores de mayor experiencia que les ofrecen charlas, lecturas, que enjuician conjuntamente con ellos los escritos de los integrantes del taller, aportando su visión más madura y experimentada de la creación literaria; enviándoles, asimismo, libros, folletos, conferencias, en suma, materiales que les permitan un conocimiento cada día más profundo y amplio de la literatura». Otras funciones del Consejo son la orientación y estímulo del desarrollo de un amplio movimiento de aficionados al arte; la promoción a través de los centros de trabajo y estudiantiles, del interés del pueblo por los espectáculos culturales, bibliotecas, museos; aprobar y tramitar, en coordinación con los organismos y autoridades competentes, la salida al extranjero de los diferentes exponentes de la cultura nacional, exposiciones, conjuntos artísticos y misiones culturales; reglamentar y organizar concursos públicos de carácter literario, como el concurso infantil «La Edad de Oro», y además, certámenes plásticos, etcétera; intervenir en la elaboración de los protocolos de intercambio cultural con el extranjero; orientar, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, la labor de los consejeros y agregados culturales, proveyéndoles del material indispensable para el desarrollo de sus funciones; coordinar con los organismos encargados de la radio, la televisión y la prensa, la mejor utilización que pueda hacerse de estos medios de comunicación para el desarrollo de la política cultural del Gobierno. Los lineamientos aprobados en el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura (La Habana, 23-30 de abril de 1971) han servido para afianzar y definir más aún lo referente a nuestra política cultural, función que compete directamente a este organismo. Para el cumplimiento de sus fines y el ejercicio de las actividades que le incumben, el Consejo Nacional de Cultura está estructurado de la siguiente manera: presidente, cargo que ha sido ocupado cronológicamente por Vicentina Antuña, Carlos Lechuga, Eduardo Muzio y Luis Pavón; vicepresidente; el Consejo de Presidencia, formado por el presidente, el vicepresidente, los directores generales y otros que se estime conveniente, que asesora la instrumentación de los planes del desarrollo de la política cultural; el Consejo de Dirección, formado por los antes citados más los delegados provinciales, que se ocupa de estudiar y sugerir las cuestiones básicas de la política cultural, las normas más eficaces para el mejor desarrollo del organismo, así como de recoger y plantear las iniciativas de las organizaciones de masa, las direcciones generales, que se encargan de aplicar la Política cultural del organismo en todo lo relativo a sus actividades específicas, así como de planificar, dirigir, evaluar y controlar el cumplimiento de los planes de trabajo de las direcciones, departamentos y secciones nacionales y provinciales subordinadas a ella; las direcciones nacionales, subordinadas algunas a una Dirección General y otras directamente dirigidas por la Presidencia o Vicepresidencia. En ambos casos desarrollan la orientación cultural concreta de su manifestación. Existen direcciones nacionales especializadas, no especializadas y de apoyo. Son especializadas las direcciones de Literatura, Danza, Música y Artes Plásticas. Son no especializadas las de Relaciones Internacionales, Planeamiento, Economía. Entre las de apoyo figuran, en primer término, el Centro de Documentación, que publica monografías y bibliografías y organiza diferentes actividades culturales, y divulgación, dedicada a la confección de afiches, programas, etcétera. Estas tres directrices que emanan de la direcciones nacionales contribuyen a planificar, hacer efectivo el cumplimiento de las tareas y brindar información relevante para el mejor desarrollo del trabajo conjunto del Consejo Nacional de Cultura. Las delegaciones provinciales de Cultura son los órganos que dirigen, organizan, administran, supervisan y ejecutan las actividades culturales de acuerdo con las orientaciones y directivas que les transmiten el presidente y demás funcionarios del organismo central. Están subordinadas a ellas las delegaciones regionales y municipales. A su vez, el delegado provincial está directamente subordinado al presidente del Consejo y es el máximo representante en provincias del Consejo Nacional de Cultura. Desde la creación de esta institución y hasta el año 1965 funcionó como dependencia de la misma el Centro Cubano de Investigaciones Literarias, que hizo investigaciones y recopilaciones de obras de autores cubanos, así como también tuvo a su cargo la Editora del Consejo Nacional de Cultura, dedicada a la publicación de libros de literatura española y cubana del siglo pasado. Entre muchos títulos publicados figuran los tres tomos de la Antología de la poesía cubana, preparada por José Lezama Lima; Sab, de Gertrudis Gómez de Avellaneda; Contrapunteo cubano del azúcar y el tabaco, de Fernando Ortiz; Poesías, de Julián del Casal; Obras completas, de José Jacinto Milanés; Bosquejo histórico de las letras cubanas de José A. Portuondo. Las funciones del Centro fueron absorbidas por el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias. Han sido órganos de la institución el magazine, más tarde convertido en revista, Pueblo y Cultura (1961-1965?), que fue dirigido a partir del número 14 (septiembre de 1963) y hasta el 23 (mayo de 1964) por Félix Pita Rodríguez. A esta publicación le siguió Revolution et/and Culture, que circuló en tres idiomas (inglés, francés y español). Salieron pocos ejemplares. Entre octubre de 1967 y diciembre de 1970 se editó RC, dirigida por Lisandro Otero, y cuya segunda etapa, ahora bajo el título de Revolución y Cultura, comenzó en marzo de 1972. Su dirección está a cargo de Enrique Grules, junto a estas publicaciones, cada dirección especializada, así como grupos artísticos y direcciones de apoyo, tienen diversas publicaciones artístico-literarias, donde se reflejan la información y la política cultural y técnica del Consejo Nacional de Cultura.

BIBLIOGRAFÍA «El Centro de Investigaciones Literarias», en Pueblo y Cultura. La Habana, (21): 52-55, mar., l964.| Levante César. «¿Qué son los talleres literarios?», en Revolución y Cultura. La Habana (14): 2-6 [¿sep., 1973?]

Recurso: Diccionario de la Literatura Cubana on Buho.Guru