Eco de Cuba

1) (La Habana, 1869-[Id.]). Periódico político, artístico, literario, de noticias y anuncios, redactado por varias señoras y señoritas. Comenzó a publicarse el 14 de marzo. En el artículo «Dos palabras», que servía de introducción a este primer número, se expresaba, entre otras cosas, lo siguiente: «Aun cuando somos las primeras en lanzarnos al terreno político, al acometer tan ardua empresa en nada creemos faltar al debido decoro de nuestro sexo y estado; por el contrario, el sentimiento de amor patrio que nos impulsa es lleno de fe hasta la abnegación, y esta fe nos hace alentar la dulcísima esperanza de que el cielo guiará nuestros pasos, porque LA PAZ ES NUESTRO LEMA.» En los ejemplares revisados no se expresa quién lo dirigía, pero Carlos M. Trelles señala, en la cuarta parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (10-12): 235, jul.-dic., 1938)-, lo siguiente: «...creo que lo dirigía Doña Domitila García de Coronado». José M. Labraña, en la página 707 de su trabajo «La prensa en Cuba» -publicado en Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786)-, afirma que lo dirigía la García de Coronado, auxiliada por Rafael María Merchán. En las páginas de este semanario se publicaban artículos de variada índole, así como poesías y otros trabajos de interés literario, debidos todos a plumas femeninas: Domitila García de Coronado, Elena de Santa Cruz, Manuela C. Cancino, Paz (seud. de Belén Miranda y Céspedes?), La hija del Damují (seud. de Clotilde del Carmen Rodríguez?) y otras. El último ejemplar revisado corresponde al 23 de mayo de 1869, pero Trelles señala en su trabajo antes citado que salió hasta junio de dicho año.

2) El Eco de Cuba

(Nueva York, 1855-1856). Periódico que, con el lema «Libertad — Igualdad — Fraternidad», comenzó a editar José Mesa el 22 de junio. Se publicaba tres veces al mes. José M. Labraña señala, en la página 662 de su trabajo «La prensa en Cuba» -aparecido en Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786)-, que fueron sus directores Domingo Goicuría y Elías Hernández. Dedicado fundamentalmente a la propaganda por la libertad de Cuba, con polémicas y artículos sobre las actividades de la Junta Cubana, es interesante desde el punto de vista histórico por ofrecer un panorama de la difícil situación por que atravesaba la emigración cubana. Siempre aparecieron en sus páginas trabajos de índole literaria: poemas, leyendas en verso, folletines. Estos últimos se debían a A[ndrés] A[velino] de Orihuela. Los trabajos aparecían, generalmente, firmados con seudónimos tales como Caonabo, El criollo, Onicagina, Camarioca, Eleuterio, Bigirita [sic], Grabiel Puñales, Guillermo Buenotte, etcétera. En total llegaron a editarse 22 números, en el último de los cuales (correspondiente al 1 de febrero de 1856) se explica que su publicación se suspende «hasta que El Eco de Cuba pueda aparecer como el verdadero Eco de su patria sin temor de que, exijencias [sic] de ninguna clase pretendan hacerlo Eco del poder, de las circunstancias o de partido ninguno. El Eco por lo tanto deja de oírse y su última vibración, llena de dignidad y patriotismo, es para Cuba y por su independencia, como lo será siempre que reaparezca, ya sea con ese nombre, ya con otro cualquiera, bajo la dirección de su Editor».

3) (La Habana, 1886-[1888?]). Revista quincenal de ciencias, filosofía y letras. Comenzó a salir el 15 de septiembre, bajo la dirección de José María Céspedes y Tiburcio Castañeda. En el prospecto publicado en el primer número, los directores, luego de referirse a las revistas que se editaban en esa época, expresan: «Nuestros propósitos son más modestos: venimos a contribuir con nuestro esfuerzo al movimiento general y a poner también nuestra piedra en el edificio de la cultura cubana.» Más adelante, al hablar de los trabajos puramente literarios, aclaran que serán «muy escrupulosos, aceptando sólo aquellas composiciones en prosa o verso de mérito reconocido, que puedan dar en todas partes muestras de progreso, en vez de señales ostensibles de decadencia». Al comenzar el segundo tomo en enero de 1887, su periodicidad varió a mensual, cambio que, por supuesto, se hizo constar en el subtítulo. Después de publicar el tercer número del segundo tomo (marzo de 1887) desapareció de su subtítulo la periodicidad y se publicó en forma de entregas que sólo señalaban el año. En sus páginas se publicaron artículos y ensayos de diverso carácter sobre temas científicos, filosóficos, de derecho, criminalística, jurisprudencia, algunos traducidos de publicaciones extranjeras. Aparecieron también críticas literarias y estudios lingüísticos. La mayor parte de estos trabajos eran de los propios directores. Otros colaboradores fueron Pablo Desvernine, Francisco Lastres, Benjamín de Céspedes, Andrés Clemente Vázquez, Enrique P. de Vignier, Nicasio Silverio, Juan Vilaró. El último número publicado (quinta entrega del tomo segundo) apareció en 1888 aunque en general se ha dado siempre el año 1887 como el de su fin.

Recurso: Diccionario de la Literatura Cubana on Buho.Guru