El Prisma

(La Habana, 1846-1847). «Repertorio de ciencias literatura, bellas artes agricultura y comercio, bajo la dirección de varios jóvenes», se lee a continuación del título de la publicación, en su carátula inicial. La primera serie de esta revista literaria constó de siete entregas, la primera de ellas correspondiente el mes de mayo y la última a noviembre. Se ha revisado la colección completa de esta primera serie y no consta quiénes fueron sus directores, pero diversas fuentes consultadas afirman que ocuparon el cargo Alejandro Angulo y Guridi y Víctor Kruger de Hidalgo. En la «Introducción», aparecida en el primer número, refieren sus editores: «Los fines que nos proponemos en esta obra, se reasumen [sic] en dos palabras: instrucción y recreo. Adoptamos la forma miscelánea porque creemos que esta clase de publicaciones, bien dirigidas [sic] son susceptibles de producir más utilidad que aquéllas exclusivamente consagradas a un solo ramo del saber humano. Además, por medio de ello, es más fácil, más sencillo, difundir en las masas del pueblo ciertos principios sanos, ciertas doctrinas saludables, que bajo la forma severa de un tratado de moral o de ciencias tarde o quizás nunca, se abrirán paso hasta ellas: y esta consideración envuelve un objeto demasiado primario y atendible, para que desde luego no entrase de preferencia en las miras de la obra. Cuidaremos por lo mismo, que la parte de El Prisma destinada a este punto de la mayor entidad y trascendencia, se preste con toda sencillez y aún si se quiere, con ligereza, para más adaptarla a nuestra índole, a fin de que produzca los mejores resultados, despertando y propagando el gusto por la adquisición de nociones útiles y provechosas, en que se interesan la moral y la religión, y sin las cuales no hay mejoras de costumbres, ni bienandanza en los pueblos [...]». Y más adelante añadían: «Al lado de esas páginas, tanto el joven entregado al estudio de las ciencias a las letras, como el que cultiva por afición las bellas artes, ambos hallarán otras que satisfagan sus deseos [...] el bello sexo [...] sólo verá composiciones en prosa y verso que sean dignas de él y por selectas y acendradas, y a cuya lectura pueda, sin temor ni peligro, dedicar sus momentos de ocio [...] daremos cabida a traducciones útiles, acompañándolas de láminas [... ]». Con estos fines publicaron cuentos, poemas, trabajos sobre historia, literatura, geografía, industria, comercio y crítica literaria. Entre sus colaboradores más asiduos figuran Antonio Bachiller y Morales, Felipe López de Briñas, Eusebio Guiteras, José Zacarías González del Valle, Anselmo Suárez y Romero, Miguel Teurbe Tolón, Emilio Blanchet, Federicc, García Copley, Jeremías de Docaransa (seud. de José María de Cárdenas y Rodríguez), José Victoriano, Betancourt, Ramón Vélez, Manuel Garay y Heredia y Francisco Camilo Cuyás. En el séptimo ejemplar sus editores consignaban: «Con la presente entrega se completa el primer volumen y concluye la primera serie de esta publicación, que continuaremos, bajo el orden y la forma que nos aconseja la experiencia, tan luego como veamos allanados algunos inconvenientes que ahora estamos tocando». Con un ligero cambio en el subtítulo, «Repertorio de ciencias, literatura, bellas artes, agricultura y comercio», reapareció esta publicación en su segunda serie, con un formato mucho menor. José M. Labraña afirma, en la página 676 de su trabajo «La prensa en Cuba» -aparecido en Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786)-, que esta segunda serie fue dirigida por Ricardo del Monte Rocío. Sólo aparecieron dos entregas, correspondientes al año 1847, pero sin mención del mes. En la primera de esas dos entregas, en una introducción que los editores titulaban «A los suscriptores», se refieren a la demora que ha tenido la publicación en reaparecer, recalcan: «No está nuestro periódico exclusivamente [...] dedicado a tal o cual ramo del saber humano, porque presentará constantemente siete departamentos, correspondientes a las siete grandes subdivisiones de todos los conocimientos humanos, a saber: las ciencias morales y filosóficas: las positivas y exactas: las históricas y descriptivas (arqueología [sic], historia, biografía, viajes) las sociales, religión, derecho, moral; las sociales-prácticas, industria, comercio, agricultura, en fin toda aplicación de las ciencias físicas a las artes: literatura, crítica, bellas artes y poesía. Así El Prisma recibiendo toda la luz, la reparte y la descompone en siete rayos elementales». Se proponían también los editores, reproducir trabajos que habían sido publicados originalmente en las revistas ya entonces desaparecidas, El Álbum, El Plantel y Revista Bimestre. En efecto, reprodujeron trabajos de Domingo del Monte y Antonio Bachiller y Morales. También publicaron colaboraciones de Luis Alejandro Baralt, El Lugareño (seud. de Gaspar Betancourt Cisneros), Querubín de la Ronda (seud. de Ambrosio Aparicio) y José Agustín Govantes. Preparado por el departamento de Colección Cubana de la Biblioteca Nacional «José Martí», se publicó el índice general de El Prisma, aparecido en el tomo 2 de Prosas cubanas (La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1964, p. 251-271), recopilación de artículos de El Prisma y Flores del Siglo.

BIBLIOGRAFÍA Llaverías, Joaquín. «[El Prisma]», en su Contribución a la historia de la prensa periódica. T. 2. Prefacio de Elías Entralgo. La Habana, Talleres del Archivo Nacional de Cuba, 1959, p. 124-131, 133-136 (Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, 48). || «El Prisma» en Diario de la Marina, La Habana, 3 (176): [2] jun. 27, 1846. || «Publicaciones periódicas. Ensayos Literarios. El Prisma» en Diario de la Marina. La Habana, 3 (200): [2] jul, 20, 1846.

Recurso: Diccionario de la Literatura Cubana on Buho.Guru