Las Flores de las Antillas

(La Habana, 1851-1852). Según expresa Carlos M. Trelles en la cuarta parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (10-12): 264, jul.-dic., 1938)-, fue una «Publicación de amena literatura, crítica literaria, industrias y artísticos [sic]), novelas y cuentos, poesías, viajes, anécdotas, modas y diversiones». En cuanto a la fecha de inicio se ha incurrido en error desde el siglo pasado, al establecer su comienzo en enero de 1852, como puede leerse en el trabajo de J[uan] B[autista] Pons, «Bibliografía cubana. Publicaciones por entregas, de amena literatura. Artículo 2º», publicado en las páginas139-140 de la revista habanera Floresta Cubana. En realidad, la primera entrega de Las Flores de las Antillas se repartió en diciembre de 1851, como quedó reflejado en la edición del Diario de la Marina correspondiente al 25 de diciembre de dicho año. Días antes (el 6 de diciembre), en el propio Diario de la Marina, se había expresado que el «principal distintivo» de esta publicación sería «la moral», y que sus redactores guardaban «riguroso incógnito». En su trabajo antes citado, Trelles señala que era dirigida por Rafael Otero. José M. Labraña, en la página 665 de su trabajo «La prensa en Cuba» -editado en Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786)-, recoge este dato y añade que era redactada por Santiago Cancio Bello y José Socorro de León. En una nota «Al público» que, con fecha 19 de marzo de 1852, apareció en la quinta entrega, Rafael Otero anunciaba que desde ese momento asumía la dirección de la revista y que quedaban «abiertas sus columnas para toda clase de artículos y poesías que sean dignos de publicarse y que no ofendan en manera alguna el pudor de nuestras compatriotas y amigas». La colección que se ha revisado está formada por siete entregas, la última de las cuales, según apunta Trelles en su ya citado trabajo, correspondió al 13 de mayo de 1852. Ya en la edición del Diario de la Marina del 9 de mayo de dicho año, se hacían eco de la salida de esta entrega y expresaban que la publicación «ve la luz semanalmente». En sus comienzos, sin embargo, había sido «semimensual», según se lee en el propio Diario de la Marina cuando comentan la salida de la primera entrega. En sus páginas vieron la luz poesías, cuentos, leyendas, novelas, trabajos de crítica literaria y artículos variados sobre cuestiones de interés general. También publicó en planillas anexas que ahora no aparecen en la colección que se conserva en la Biblioteca Nacional José Martí, la novela Flavia, de María de las Mercedes Santa Cruz y Montalvo (Condesa de Merlín). Contó con la colaboración de Rafael María de Mendive, José Fornaris M[anuel] Costales, J[osé] G[onzalo] Roldán. J[uan] B[autista] Pons, Antonio F. de Velasco, J[oaquín] Lebredo, R[icardo] G[arcía] Copley, J[uan] Martínez Villergas y otros que firmaban con las iniciales A.B. (Antonio Bachiller?, Anacleto Bermúdez?), A.G., M.A.P., A.H., S.C., etcétera, o con seudónimos tales como Randolfo, Filaretes, Malvina, etcétera.

Recurso: Diccionario de la Literatura Cubana on Buho.Guru