Diosa-Madre, culto a la

Creencias de la antigüedad. El culto a las diosas madres ha estado presente desde épocas prehistóricas. Las cavernas decoradas revelan su existencia en el paleolítico. Las religiones del mar Egeo, Creta, el oeste de Asia y el Cercano Oriente tuvieron esta adoración como una característica fundamental.

A pesar de haber adoptado diversos y variados nombres, la adoración a la diosa-madre puede verse fácilmente en otras formas de religiosidad. La diosa-madre puede ser la esposa del dios-padre o la esposa de su hijo. En ocasiones se resalta su condición especial de Tierra-Madre. También puede tratarse de una virgen o de una prostituta. En muchas culturas está ligada íntimamente a la tierra o puede ser presentada como madre de los dioses o Madre Divina. Algunos nombres de esa diosa-madre son Cibeles, Afrodita, Ishtar, Deméter, Isis, etc. Era una forma trágica de religiosidad, ya que la muerte afectaba a todos de manera definitiva. Los símbolos fálicos prevalecieron a pesar del papel de la imagen materna en muchas regiones. En regiones del Asia occidental y el Mediterráneo, era común que el dios masculino estuviera subordinado a la diosa, fuente de la vida, mientras su esposo desempeñaba un papel activo en la secuencia de las estaciones del año.

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