braga
La prenda interior inferior femenina, cuyo empleo en plural es analógico con pantalones o calzoncillos, no fue siempre patrimonio exclusivo de las mujeres. Esta palabra, que ya aparece en latín como braca, podría tener su origen en la voz *braqui o *bráccari, en lengua céltica, que era el nombre de una tribu, seguramente gala, que se asentó en el sureste de Francia y en el noreste de Italia, de cuya indumentaria formaban parte unos calzones de cuero que no usaba ninguna otra tribu de la zona y que los distinguían entre sus congéneres. La presencia de esta prenda fue suficiente motivo para que las otras tribus se refirieran a ella con el nombre de los que la llevaban, hasta el punto de que la palabra braghe en algunos dialectos del Norte de Italia sirve todavía para referirse a los pantalones. >> pantalón.
Como evolución casi esperada, esas bragas se reforzaron en la parte más delicada, refuerzo que recibió el nombre de bragueta, y que se aplicó a las armaduras, como ostensiblemente aparece en toda la iconografía de la época, especialmente en los retratos de emperadores y nobles.
Quizá debamos también a aquella tribu celta los nombres de las ciudades portuguesas de Braga y Bragança, como señal casi indudable de su estancia por el noroeste de la Península Ibérica.
Diccionario del origen de las palabras