caco
No fue buena idea robarle los bueyes al propio Hércules, no. Y sólo esto se le pudo ocurrir a Caco, aquel monstruo de tres cabezas que vivía en Roma, y que era, sencillamente, un mitológico ladrón que robaba todo lo que podía y lo escondía en una cueva del monte Aventino.
Cuenta la leyenda que se encontraba Hércules durmiendo una siesta cuando el simpático Caco decidió robarle cuatro bueyes y cuatro vacas, ganados, legalmente por otra parte, a Gerión (>> Gibraltar). El robo, además, tenía premeditación porque el ladrón tuvo la genial idea de llevar a las reses andando al revés, de modo que las pisadas de los animales parecieran que salían de la cueva, en lugar de entrar en ella, argucia que, de momento, le salvó de la furia del semidiós.
Pero se afirma que esta historia pudo tener dos finales. El primero asegura que las vacas no robadas olieron a las otras y que así encontraron a sus compañeras secuestradas. La otra versión mantiene que fue la hermana del ladrón, llamada lógicamente Caca, quien lo puso en evidencia.
La indignación del héroe fue tal que Caco nunca más volvería a robar, dado que, según las versiones, o bien Hércules lo mató a golpes, o bien lo enterró vivo en la cueva del Aventino. Lo que Hércules no pudo evitar es que Caco dejara tantos hijos por todo el mundo.
Diccionario del origen de las palabras