cadera
Igual que ocurre con muchos utensilios, muebles de la casa o prendas de vestir, que toman su nombre de la parte del cuerpo para la que están pensados (piénsese en la >> almohada o en el cuello o el puño de la camisa o la pata del pantalón), nos encontramos aquí con un fenómeno idéntico -una simple metonimia-, aunque en sentido contrario: la cosa nombra al cuerpo. Sucede que esa parte tan especial de la anatomía que, según el canon femenino, debía medir 90 centímetros, toma su nombre del lugar donde se apoya al sentarse, es decir, de la silla, que en latín vulgar se llamaba cathégra, una variante del latín cathédra, que ya entonces había ampliado su valor al de 'nalga', por ese fenómeno del que hablamos. Si vamos un poco más allá, vemos que la voz latina procede, a su vez, del griego kathédra, que reunía los valores de 'asiento' y de 'trasero', originados ambos en la palabra hédra, que era el 'asiento', propiamente dicho.
Este mismo origen es el de las palabras cultas >> cátedra y >> catedral.
>> glande, músculo, pantorrilla, pene, pómulo, tibia, tímpano, rodilla, úvula y vagina.
Diccionario del origen de las palabras