guante
De variadísimos usos, antiguos y nuevos, el guante comenzó su andadura como protección en la guerra, aunque la mitología convirtió a Venus en la primera que vio la necesidad de usar «ciertos estuches para sus delicados dedos» y evitar así picarse con las espinas y zarzas de sus jardines.
En la Europa medieval, el guante adquirió ya categoría de prenda de lujo, combinado, además, con la idea de 'desafío, duelo' en que se convirtió el hecho de abofetear a otro caballero con el guante o tirárselo a los pies.
Como otras muchas palabras relacionadas con la guerra, como, por ejemplo, la propia guerra, o guardar, guarnición, yelmo, espuela, tregua, o dardo, la palabra llegaría al español procedente del franco *want, con el mismo significado, pero quizá lo hiciera a través del catalán guant, dado que hay documentación escrita con esta forma anterior a nuestro guante, que debemos relacionar con aguantar, verbo que nos habría llegado por el italiano agguantare, con el valor de 'coger, asir algo con un guante', especialmente con guantes de malla o de otro material fuerte, y que estaría relacionada con la expresión echar un guante, 'ayudar, colaborar', quizá en un primer momento con un sentido puramente físico.
Diccionario del origen de las palabras