magdalena
Dos interpretaciones hay sobre el origen de la palabra que designa a este bollo que suele tomarse empapado en el café o la leche. Una de ellas va precisamente por este camino: cuando nos llevamos la magdalena empapada a la boca, el líquido escurre y el bollo da la impresión de estar llorando como una magdalena, expresión que alude a María de Magdala o Magdalena, la pecadora salvada por Jesucristo de la lapidación (Lucas, VII, 35-36). La referencia al llanto se debe a que la Magdalena fue una de las mujeres que acompañó al Calvario a la Virgen María y presenció la muerte de Cristo.
Por otra parte, con más visos de realidad, la palabra podría derivar del griego magdalía, 'masa, pasta', en alusión a la masa con la que se elabora el dulce. Esta voz griega es también la fuente del término magdaleón, con el que se denominaba a un antiguo compuesto farmacéutico que se presentaba como un emplasto. Todo apunta a que esté relacionada con la raíz indoeuropea *mag- 'amasar, prensar, modelar'. >> maquillaje, masón y mazapán.
Diccionario del origen de las palabras