perra
Para hacer desaparecer las monedas con la efigie de la reina Isabel II, destronada tras las revueltas de 1868, en 1870 comenzaron a acuñarse nuevas piezas de cinco y diez céntimos. En el anverso figuraba una representación simbólica de España: una mujer sentada con una corona almenada, y en el reverso, un león rampante que sostenía el escudo del país. Sucedió que al diseñador del dibujo o al propio acuñador, o a los dos, les salió algo más parecido a un perro de aguas que al terrible felino. La gente rápidamente comenzó a llamar perro al león -aún hoy en algunos lugares se juega a tío o perro en vez de cara o cruz- y posteriormente, para más humillación de la pobre fiera, decidió cambiarle el sexo y llamarlo perra. Las monedas de diez céntimos se llamaban perras gordas y las de cinco perras chicas. El lenguaje popular identifica el plural perras con dinero y ha creado sobre esta palabra expresiones tan usadas como pa'ti la perra gorda, estar sin gorda o no valer una gorda (o una perra). >> peseta.
Diccionario del origen de las palabras